Arrozales de Bali
Verdes terrazas escalonadas formando escenarios de ensueño que lo cubren todo para la obtención de un alimento tan sencillo como imprescindible como el arroz. Los extensos campos de arroz de Bali son el paisaje más hermoso que se puede contemplar en la isla.
Sobre la extensión del verde manto que hace brotar el principal de sus alimentos, los balineses trabajan de forma milimétrica, permaneciendo pacientemente junto a sus cultivos mientras cuidan de cada una de las plantas y cada uno de los brotes.
Los cultivos escalonados
La estructura montañosa de los terrenos hace que el cultivo del arroz no sea una tarea fácil, pero esto es algo que los balineses solucionan con los campos de arroz escalonados, fruto de la cooperación entre la naturaleza y el hombre. Algunos de los bancales han tardado en construirse varios siglos, pero en la actualidad componen un verde paisaje digno de las más bella de las postales.
Un sistema de canales transporta el agua desde los manantiales hasta los campos de arroz para mantenerlos encharcados y, tras 210 días, el arroz está listo para ser recolectado. Después de esto el terreno vuelve a prepararse para la siguiente plantación. Todo el proceso es cuidadosamente vigilado por Dewi Sri, Diosa del Arroz, a la que los campesinos rinden especial homenaje con los pequeños santuarios que colocan en las plantaciones.
El alma de Bali
Es en los bancales de arroz donde se puede ver el verdadero alma de Bali. Lejos de las playas, las tiendas y el bullicio del turismo es donde los agricultores se centran en su duro trabajo y las gentes resultan mucho más agradables y se mantienen incorruptas. Son felices con lo poco que tienen y transmiten esa felicidad a quienes tienen la suerte de visitarlos.
Es posible encontrar arrozales en gran parte de la isla, aunque la zona más destacada son los campos de Ubud y sus alrededores. Para llegar hasta los arrozales de Bali lo mejor es contratar un coche con conductor.